EL MEJOR Y PEOR DÍA DE MI VIDA

El mejor día puede que no me acuerde, o que haya tantos, que no pueda explicar. Pero ayer, fue un gran día, en el Canal Olímpic. Me lo pasé en grande con todos mis compañeros pero en especial con Marina Sànchez. Al principio pensé que iba a ser muy aburrido estar ahí, i me daba mucho asco el agua de ese lugar porque era de color verde, pero luego me fui acostumbrando y como el agua estaba calentita, ya no me parecía tan desagradable.

Empezamos la clase en las “cayacs”, individualmente, y yo tenía miedo porque creía que me caería al agua o que haría el ridículo por no saber cómo iba ese chisme. No fue tan horroroso, creo que me gusto;

Más tarde nos tocó ir en las canoas y allí debíamos ir por parejas. Yo, como no, fui con Marina, pero no sabía la que me esperaba.

Al principio íbamos bien, no teníamos ningún problema pero como Marina es muy cachonda empezó a hacer tonterías, y yo soy de risa fácil, por lo que no pude parar de reír en todo el rato.

Había otros colegios pero los niños y niñas eran más pequeños. En otra canoa había una niña china y un niño. Nos chocamos y la niña dijo “ostras patoscras” y Marina y yo empezamos a reír sin parar. No sabíamos qué quería decir esa extraña palabra y continuamos (con nuestro cachondeo).

Recuerdo que Marina, en un intento fallido de coger su remo, que estaba en el agua, cayó de la canoa, y yo me eché a reír como una loca. Marina siguió riendo conmigo y esperó a que el monitor la sacase del agua.

Al final de la actividad, ya estábamos muy cansadas y nos cogimos de las canoas de otros chicos para que nos llevasen hacia la orilla, y un chico molesto, le echó agua en la cara a Marina, y ella le contestó chillando:

- Ei ei ei ,ei…

Y yo, de nuevo me eché a reír.

En ese día pasaron muchas mas cosas con las que no pude dejar de reír a carcajadas, pero hace ya mucho tiempo, tuve una mala experiencia en la que paso todo lo contrario…

Recuerdo que hace algo más de un año, estábamos nuestro grupo en el Màgic, el gran centro comercial. Estábamos fuera, donde hay la esfera naranja haciéndonos fotos, cuando de repente vinieron dos gitanos que nos dijeron:

- Queréis que os hagamos nosotros las fotos?

Y nosotras sin decir palabra indicamos con la cabeza un no, moviéndola de un lado al otro. A lo que esos chicos respondieron:

- Pues hacednos una a nosotros, y nos la pasáis por el Messenger.

Nosotras volvimos a negar.

- Oye, que somos gitanos, no chorizos. Dijo uno de los dos.

Creo que todas pensamos lo mismo…

De repente vinieron un grupo de chicas gitanas, ya estaba oscureciendo, no había nadie más que nosotras y ellos, y debían ser las seis y media. Una chica se nos acercó, ella de pié, nosotras sentadas y dijo:

- Salid de aquí “mierdas”.

Nosotras nos quedamos donde estábamos e intentamos reconocer lo que dijo esa muchacha. No nos dio tiempo de reaccionar cuando la chica volvió a decir las mismas palabras, pero cogiendo a Rebeca del pelo levantándola, y tirándola de nuevo al suelo.

Todas salimos corriendo, y Rebeca cuando reacciono vino con nosotras dentro del centro comercial.

Cerramos la puerta de golpe y los gitanos quedaron fuera.

Huimos corriendo por las escaleras a contra dirección, esquivando a la gente y nos metimos todas dentro del Pans (no precisamente a comer…).

Todas temblábamos como flanes, y lo primero que hicimos fue preguntarle a Rebeca si estaba bien. Ella dijo que sí, pero que le dolía la cabeza del tirón.

Conseguí sacarme el móvil de mi bolsillo para llamar a mi madre. Le conté todo lo que nos había pasado y le pregunté si nos podía venir a buscar. Ella vino y todo acabó bien. Llegamos a la conclusión de que esos chicos serían los novios de las muchachas y ellas celosas, pensarían que estábamos tonteando con ellos y vinieron a por nosotras. Aun así pensamos k no debían haber usado la violencia, pero siempre recordaré perfectamente ese terrible día.

Marina Molviedro