El mejor día de mi vida

El mejor día de mi vida

El mejor día de mi vida fue cuando me fui a Disney por sorpresa con mi familia el día de mi séptimo cumpleaños.

Todo empieza cuando una mañana de primavera, mi madre me viene a despertar con una agradable sonrisa, con mi hermano felicitándome a gritos. Mi padre me lo dijo después, ya que estaba en el parquin colocando las maletas en el coche de mi abuelo para llevarnos al aeropuerto. No me dijeron nada, solo que teníamos que ir a comprar y que tenía que desayunar y vestirme rápido. Les hice caso, pero no me apetecía ir a comprar comida el día de mi cumpleaños.

Mi hermano y yo, nos dormimos por el camino de llegar al aeropuerto, ya que era muy temprano y teníamos mucho sueño, pero cuando me desperté, no estábamos en el supermercado, sino que estábamos en el aeropuerto esperando a poder facturar las maletas y poder subir al avión que nos llevaría hasta Paris. Me quede muy sorprendida, ya que yo no sabía nada, y cuando me lo contaron mis padres, me puse a saltar de alegría en medio de toda la gente que estaba en ese edificio donde estaba pasando parte del mejor día de mi vida.

El avión era un poco agobiante, como todos, y aunque tenía mucho sueño, no me pude dormir por los nervios que tenía para llegar a nuestro destino. Me pase todo el viaje preguntando cuando llegaríamos, y que haríamos al estar allí. Me contaron que íbamos a un hotel muy especial, y además muy bonito, pero que era una sorpresa.

El capitán anunció que ya habíamos llegado, y tuvimos que abrocharnos el cinturón para poder aterrizar. A ese aeropuerto, me esperaban mis primos junto a mi abuela con sus padres, que habían llegado con el avión anterior, y nos llevaron hasta ese magnífico hotel que me había contado mi madre. Parecía una casita de muñecas, con unas escaleras centrales y se dividían en dos, con una alfombra roja que cubría el suelo frio. Parecía un castillo de princesas.

Ese día aprovechamos la tarde para visitar un paseo que había al lado del hotel, lleno de tiendecitas y restaurantes. Yo iba con mi vestido de la princesa de la película de La Bella y la Bestia, y aunque todo el mundo me miraba, yo iba muy contenta y guapa con ese vestido.