DESCRIPCIÓN DE UNA HABITACIÓN
La luz del sol me despierta cuando abro la persiana, se cuela por la cortina e ilumina las paredes lilas de mi habitación.
La cama, pegada a la pared, con sábanas rosas me mantiene calentita por las noches. Tengo otra cama encima, con una escalerita gris, donde viven y duermen los peluches que tanto achuché de pequeña. No tengo posters en las paredes pero tengo algunos cuadros de Nueva York, y tampoco tengo cajonera, pero de todos modos tengo que ir con cuidado al despertarme, no por darme un golpe con algo, sino porque hay un puf, y si no vigilo ya me ha pasado alguna vez me puedo caer encima y empezar a reírme de mi caída. Junto a él, hay una mesa de escritorio. Debajo de ella hay una papelera azul y la silla de color gris. A los pies de la cama tengo un armario de madera. Me gusta su color.
La tele la tengo al lado de la puerta, que está paralela a la cama. Me gusta mi habitación, tanto sus tonos que van del azul celeste hasta el morado, también me gusta porque es muy grande y tengo mucho espacio para bailar, que es mi hobbie favorito. Aunque a veces me gustaría que mi habitación fuese tan chiquitita, que se puediese limpiar con un trapo húmedo, porque la cosa que más odio en el mundo es recoger.
Si me taparan los ojos con una venda sabría exactamente llegar a mi habitación porque es muy fácil, entras por la puerta y giras a la derecha, vas tocando la pared, encuentras el baño y, justo delante està mi habitación. Si pudiera, cambiaría mi mesa i la pondría delante de la ventana, pero de todas formas, me gusta mi habitación.

Marina Molviedro