Un encuentro con un extraterrestre

Un día decidimos planear un viaje a un planeta llamado Skuarz.
Cuando llegó el día de viajar, mi familia y yo empezamos a ir hacia el aeropuerto, donde había un cohete especial para nosotros, que habíamos contratado para nuestro viaje espacial.
Cuando llegó la hora de despegar, todos estábamos muy nerviosos porque no conocíamos el lugar al que viajábamos, solamente habíamos buscado información de este planeta que existía, nada más.
Cuando ya llevábamos un rato viajando, empezamos a ver a lo lejos un planeta que era muy grande y de un color rojizo. Al aterrizar el cohete, vimos el suelo, que era de una arenilla con un tono anaranjado, o más bien rojizo; por eso el planeta desde lejos se veía de un tono rojizo, por la arenilla.
Al llevar un rato ya en el planeta Skuarz, vimos que todo era muy solitario, y entonces pensé que allí no vivía nadie. Pero de repente, empezaron a salir extraterrestres muy asustados de nosotros, aunque al final conseguimos acercarnos más a ellos. No sabían nuestro idioma ni nosotros el suyo, hablaban una lengua muy extraña y nadie les entendía. Pero ellos hablaban entre sí y no sabíamos qué decían.
Los extraterrestres tenían un rostro muy extraño y de color verde. Tenían una cabeza muy grande, en la que destacaban unos ojos enormes y de un color cristalino; lo que a mí me producía inseguridad. También tenían los pies y unas manos muy grandes, eran gorditos y bajitos y muy cabezones.
Después de llevar un rato con ellos, nos llevaron a una especie de cobertizo que supuestamente era su casa. El lugar era también como el planeta, de un color rojizo con montículos que hacían de asiento, y otros más grandes y más anchos que servían de mesa. Después nos llevaron a otro sitio que hacía de su dormitorio, donde dormían todos en el suelo, pero con unas especies de mantas, para estar más cómodos; Nos llevaron a una especie de cocina donde tenían toda la comido, que nos daban y toda la que tenían ellos para comer todos los días. Todas las paredes de todo el cobertizo eran de fango y de un todo rojizo.
Al cabo de un día regresamos otra vez al planeta Tierra.