Descripción de un hecho terrorífico

Débora Catalán

Joni y Carolina eran una pareja de adolescentes, que les apasionaba el vudú y todo lo que envolvía la magia negra. Vestían siempre de negro y con el pelo alborotado,no les importaba lo que la gente pensara de ellos,porque ya estaban acostumbrados a ser los “bichos raros”.

Vivían juntos en un piso. En un pueblo llamado Lucena, en Córdoba y se mantenían ellos dos solos, ya que trabajaban de camareros en una discoteca alejada del pueblo. Una noche Joni y Carolina fueron a uno de los muchos cementerios que habían ido como de costumbre para practicar la ouija y contactar con sus padres que eran fallecidos.

Tras conducir durante un par de horas en busca del cementerio, se metieron con el coche por un callejón oscuro y solitario .Al fin, lo encontraron, estaba muy alejado del pueblo.

El ambiente era horrible hacia mucho aire,y bastante frío.

No se escuchaba ni una mosca, solo el viento bufando contra los árboles pelados de frío, sin ninguna hoja.

Aparcaron el coche enfrente del inmenso cementerio,que estaba vacío y oscuro.

Al entrar,ambos cerraron las puertas principales de la entrada del cementerio.

En lo primero que se fijaron fueron en el paisaje,era tétrico. Todo estaba oscuro como la boca de un lobo y hacia frío y a la vez aire.

También se fijaron en las lápidas,que estaban llenas de polvo, porque estaban abandonadas,ya que nadie pasaba a limpiarlas.

Algunas lápidas no se les entendía ni el nombre,de lo antiguas que eran,otras en cambio si.

Las tumbas se conservaban en buen estado. Eran apartadas las de bebés con las de niños y adultos.

Algunas estaban llenas de polvo, otras aun se conservaban,incluso otras mantenían puestas varias florecillas resecas o figuritas de la virgen María,Jesucristo,etc...

Escogieron el lugar más tranquilo del cementerio,dónde ni siquiera se oía el sigilioso viento.

Sacaron sus estrios para contactar con los fallecidos.

Y al cabo de mantener varias conversaciones,se marcharon satisfechos pensando una vez mas que los fallecidos que contactaban con ellos eran sus padres.